Estaba mirando TV cuando me avisaron que me sacaban mi canal preferido.
La verdad no sé qué hacer, no me gusta ya leer y no tengo hace rato amigos.
Sus personajes eran como mi familia.
Se regocijaban cuando escuchaban mi risa.
Yo perdí un canal que me miraba a mí y me hacía reir cuando estaba deprimido.
Junto a él aprendí que cuando ponen play yo me debo reír con las risas grabadas.
Ya no me divertí más.
Cuando el tiempo transcurrió no fui el mismo que solía ser.
Hoy me siento en el sillón intentando recordar.
Mi única adicción fue ese canal.
Y de repente me miré la piel: estaba arrugada y vieja ya.
Había pasado una vida mirando… a mi canal.