Canción a la tuba
Usted, señora, se enredó
en unas redes de sol
y viví penando hasta que el cielo abrió
el viento norte no me achufó
Y miraba a otro lado usted sin ver
que me moría de amor!
no la culpo, señora…
¿quién podía creer tanta locura?
Y ahora usted duerme
y no dejo de mirar
sus ojos de menta
y la boca que, hasta recién,
me hizo olvidar tanto penar
Y miraba a otro lado usted sin ver
que me moría de amor!
no la culpo, señora…
¿quién podía creer tanta locura?
No hago más que cantarle cada hora y fracción
ésta, mi confesión
Y ahora usted duerme
y no dejo de mirar
sus ojos de menta
y la boca que, hasta recién,
me hizo olvidar tanto penar
Y me encuentro cantando a absurda media voz
ésta, mi confesión de amor.
Y me encuentro cantando como un gil esta canción,
que la canté cuarenta veces en Hong Kong.
- ¿ Hong Kong? ¿Qué, estuviste en Hong Kong vos?
- Sí, pero no me rimaba, no me rimaba y no me rimaba,
y no te podía pedir el final ahí….
Perdoname por favor , diradú, por favor,
me muerooou, no puedo hacer las cosas bien…..