Datmi
Agradezco ser la consecuencia del insomnio y la tara del pensamiento
No me obligo a ser solemne, estoy seguro no me miento, soy esto.
Me estremezco en los abrazos y no me veo en los cuentos maravilla.
Soy la anormalidad de la norma: las canciones sin estrofas,
Las sumas y las restas, los momentos, también las cenizas.
Me abstengo al acierto y a la verborragia, no soy un tipo de relatos.
Aunque la vehemencia en ciertos casos, me hace salir del paso, me contagia.
No me fío de mi mismo, mucho menos de estos dichos,
Mientras voy matando el tiempo, me respiro, me hago cómplice, también me subestimo.
Sostengo en la base que el triunfo son las risas.
La felicidad simple, los abrazos, las abuelas,
El insulto cómplice y las botellas vacías,
Las vueltas de rosca, la redonda y la vida por los sueños.
Incomodo, mañoso, peregrino de la luna y sus lunares.
Quizá me encuentre bailando, o con los pies menguantes.
Hay un manojo de ganas que pide por vos y tus mañanas,
que te levantes de la cama aunque pesen el ropaje y las entrañas.
No te maquilles que los cuerpos que realmente brillan,
se miran a los ojos sabiéndose tranquilos de sí mismos.
ahogan fracasos, surcan destinos.
Y no te enrosques con la muerte, más bien matá el día,
Miráte al espejo, “¿Qué haces ahí todavía?”
No midas tus acciones, contá los pasos.
velá por tu familia.
Sostengo en la base, que el triunfo son las risas.
La felicidad simple, los abrazos, las abuelas
el insulto cómplice y las botellas vacías,
las vueltas de rosca, la redonda y la vida por los sueños.