Dime
Dime que el amor llamó a tu puerta,
Que tu alma no está muerta,
Que puedes oír el mar.
Dime que aún tocas las estrellas,
Que todavía no ha hecho mella en ti la huella del pesar.
Dime que exprimes tu soledad y la regalas a los demás,
Dime que no hay muro ni frontera que te haga sentir mal...
Por las eras de las eras
Sigues siendo un niño y no te enteras de que nada es lo que era;
Crecieron ya los árboles, los gatos son ya panteras,
Hasta te quedas en casa la noche de un sábado cualquiera.
Cualquiera diría que eres tu, cualquiera diría que eras tú,
El que fumaba marihuana en pipa.
Cualquiera diría que eres tú, cualquiera diría que eras tú
El que fomentaba las pellas colectivas.
Dime que cantas en la oficina como el loco que imagina
Que esa mañana le tocó ser Joaquín Sabina.
A ti ya no te vale el se me ha olvidado, ni desayunar con cola-cao,
Ni ese desparrame noche y día...
En ese viaje a Bilbao no saliste del hotel de la ría,
Y lo habían organizado los de tu oficina.
Tengo miedo de ser cómo tú en el futuro que se avecina,
Tengo miedo de dejar de ser un bala perdida;
Tengo miedo de estancar el rumbo de mi vida,
De ser un ciudadano de clase sumisa y mezquina.
Dime que cantas en la oficina como el loco que imagina
Que esa mañana le tocó ser Joaquín Sabina.