Nothing To Dismay
Hay una lista de catalizadores
que mantienen el corazón a raya,
se aferran a la mente, debilitan el alma
y se alimentan de tu pesar.
Y nunca entendí por qué
no puedes ver el mundo así:
las líneas se dibujan en el amanecer,
no hay nada por lo que angustiarse.
No hay, no, no hay seguridad,
no hay, no, no hay seguridad,
nada por lo que angustiarse.
La discordancia corre profundamente en mí
y recurre a los aplausos débiles,
se asocia y denigra las raíces sin causa.
Y sólo porque las abrumadoras probabilidades
están apiladas, ¿de qué sirve si a lo sumo quiero?
Pero nada por lo que angustiarse.
No hay, no, no hay seguridad,
no hay, no, no hay seguridad,
nada por lo que angustiarse.
Es sólo un solitario viaje
de desconcierto y extravío,
pero no te preocupes por lo que encuentres,
no hay nada por lo que angustiarse.
No hay, no, no hay seguridad,
no hay, no, no hay seguridad,
nada por lo que angustiarse,
no hay nada... nada por lo que angustiarse.