Todos gritaban clamándole al cielo
ya no podían con la situación:
"Muerte al banquero, se lleva el dinero,
que conseguimos con tanto sudor."
Y luego plantaban el culo ante el televisor.
Juan y María hicieron un trato:
"Nunca jamás rompas mi corazón."
Dame tu vida, tu alma, tu espacio interior,
tu deseo, tu odio y tu amor.
Y luego plantaron el culo ante el televisor.
Cuanta elegancia y cuanto buen trato,
gusto exquisito en la decoración.
Genios y artistas con mucho
todos hablando de revolución.
Y luego plantamos el culo ante el televisor.
Todos hablaban del cambio inmediato,
nadie pensaba en el cambio interior.
Curas, ministros, alcaldes y santos,
todos hambrientos igual que tú y yo,
y todos cantando, bailando, comiendo,
bebiendo, jodiendo, riendo, comprando,
vendiendo, mintiendo y viendo la televisión.