Que no, que no
No me obligues a pintar
cielos azules en días de invierno,
ni lunas rotas,
cabezas cortadas cubiertas de hielo.
Muñecas rotas,
niños que nacen con el alma muerta,
ni esclavos del tiempo
que no llevan reloj, llevan cadenas.
Pero es que no me dejaron
gritarle al cielo, ¡tú no estás sola!,
pero es que no me dejaron
poner una sonrisa en tu boca.
¿Por qué me pongo tan malo
cada vez que me roza tu pelo,
casi como un bicho un raro,
una especie nueva de insecto?
Que no, que no, que no,
Laralalarala lala lala lala la,
si me pegas te pego.
Y hay pistolas
que descargadas se me disparan
y los motores
que están gripados ya no se calan.
Y un ligero viento calentito
sopla a diario,
y es que las guitarras muertas
las carga el diablo.
Y es que no me dejaron
gritarle al cielo, ¡tú no estás sola!,
pero es que no me dejaron
poner una sonrisa en tu boca.
¿Por qué me pongo tan malo
cada vez que me roza tu pelo,
casi como un bicho un raro,
una especie nueva de insecto?
Que no, que no, que no,
Laralalarala lala lala lala la,
si me pegas te pego.