La calle está vacía, llueve,
y en la penumbra del Pekín
huele a perfume barato,
a humedad y a serrín.
Un remolino de mujeres
se aburre sin clientela,
sólo un marine de Texas
se ha encaprichao con Carmela.
Boca de rosa, te quiero llevar
allí donde los cielos se podrían tocar.
Boca de rosa, vente conmigo,
no dejes que te aplaste tu destino.
Su hombre que tanto la quiere,
y también la hace llorar,
fue a darle al yanqui un aviso
que resultó ser fatal.
Según el parte de Marina
que a la deriva lo encontró
pudo arrancarlo del muelle
una tormenta de alcohol.
Boca de rosa, te toca esperar
que caigan voluntarios por la Base Naval.
Boca de rosa, llega el invierno
y Rota es la antesala del infierno.