Si te tumba el mar abierto y el odio te ciega, yo estaré ahí con balsas y un millón de velas,
Porque cargas un morral de miedo y la montaña no sosiega,
Y aunque a veces te moleste yo aún te haré la cena
Otra vez
Si la espera te entierra en una condena, con palas construiré castillos de arena,
Y el ¿qué pasa? te molesta, y te pulsa el pecho como una avalancha,
Y aunque a veces te moleste nunca te abandonaré
Otra vez
Tú eres mi calma, tú eres mi calma, tú eres mi calma, tú eres mi calma.