En un pueblo de Sevilla,
hubo una linda famosa
mas blanca que un palomar,
y en la ventana una chiquilla
con la cara de una rosa,
Paloma la de Alcala.
Venian los señorones
con las onzas por razones,
sus labios busca buscando,
mas ella con gracia y tino,
les daba copas de vino, y asi la iba burlando.
Mas cuando llegaban las claras del dia
con brillo en los ojos Paloma decia:
Viva usted don Jose, viva usted don Miguel, viva usted don Fernando
que la vida se pasa volando, volando y olé,
no me hable usted de querer
por que tengo un caché que lo estoy camelando
y me paso las noches llorando, llorando por el,
despues que le di mi aroma se aleja de mi rosal,
pues hasta el pan que se coma se le vuelva pedernal.
Juro y no es cosa de broma,
que lo tengo que matar
como me llamo Paloma
ay Paloma la de Alcalá.
Una noche silenciosas
de esas de mantos floridos y casi de madrugá,
llego a la ventana ojerosa
con el rosto enmohecido Paloma la de Alcalá.
Salieron los señorones
preguntando las razones,
mas ella dijo riendo,
vamos a beber solera,
que estamos en primavera y tó se cura bebiendo.
Mas cuando llegaron las claras del dia,
con llanto en los ojos Paloma decia:
Viva usted don Jose, viva usted don Miguel, viva usted don Fernando
que ya estan las campanas doblando,
doblando por el,
lo cele lo busque y con otra mujer lo encontre al mal nacido
y alli mismo pago su destino que yo lo mate.
Por mi vendran preguntando y no me habré de negar,
me encontraran despachando como la que no ha hecho ná.
Juro y no es cosa de broma que voy justo al penal,
como me llamo Paloma ay Paloma la de Alcalá.