Ella llega sin avisar, sin que sepamos que viene
Suele tomarte sin ni siquiera preguntar si quieres
Puede hacerte su amante o repugnante esclavo
Ser su dueño, será tu sueño hasta que seas juzgado
Te habrá dotado de un camino de esperanzas
Deseos, ansias y un destino premeditado
Un pasado irreverente, un eterno presente
Y la incertidumbre que cubre el inexistente futuro añorado
Es su reinado nuestro infierno terrenal
Su riqueza nuestras almas, sus armas el bien y el mal
Dama real que encabeza la realeza omnipotente
Unos la han de negar otros la han de desear eternamente
Irónicamente actúa su majestad
A unos pocos les sonríe a muchos trata con frialdad
Nos muestra realidad y falsedad, así es de astuta
Relatividad tonta, solo ella porta la verdad absoluta
Disfruta su vacía caricia y no seas torpe
Desconfía necio, despacio atrás vendrá el golpe
Y será aun peor al anterior y así hasta el luto
Su hermana la dama oscura procura cobrar el tributo
Minuto tras minuto observa a sus súbditos
Que súbito es único su rol
Observa el control de sus frutos, bruto
No es Dios ni demonio, ángel o monstruo,
Respira y mira el espejo, tu reflejo es su mejor rostro
es quien te levanto y te postro cuando quiso
Quien te amo, te odio te elevo y luego te dejo caer al piso
Quien te hizo juicio con el tiempo de jurado
Es ella ¿no la ves?, la reina de los condenados
Ella controla todo, ella vive en todos lados
Cualquier rincón es el banquillo de los acusados
No mientas en tu confesión, su decisión no se compra
Tu respiración puede ser usada en tu contra
No hay escape, te juzgará de cualquier modo
La causa y la sentencia será la misma para todos
Ella es tu libertad y tu cadena
El día que viste la luz también firmaste tu condena
Su alteza teje con hilos de confusión
Sobre un eje de ilusión
Minuciosamente cruza agujas
Dibuja la misión y dirección de usted
Creando una red compacta
Más exacta que la de internet
Que otorga afectos, defectos
Con cierto sello, concepto
Ser su plebeyo ya te hace imperfecto
Conecto todo al tacto, estricto lo ubico
No ha fallado nada pues cada condenado es único
Que adjudico el titulo honorifico
De ser superior por concederte mejor desarrollo psíquico
Te hizo el mítico típico amo del planeta
Teatro de marionetas en que ella es un hábil ventrílocuo
Así ubico a cada cual en su lugar
Cual piezas de ajedrez de millones
De peones que rezan sin cesar
Su alteza nos dio la religión
Que no resuelve problemas pero da esperanzas de salvación
Nos dio el perdón y los errores para equivocarnos
La equivocación y los errores para perdonarnos
Leyes para controlarnos, gobiernos
Fuerza para revelarnos, poder para corrompernos
Su reino abarca a todos, a sanos y enfermos
Su actitud ante ella dirá: te iras al cielo o al infierno
Mandato eterno que tu voluntad ultraja
Ya reinaba mucho antes de que Pandora abriera su caja
Trabaja para ambos bandos si hay una guerra
Todos luchan por ella desde el primer día que piso la tierra
Es quien cierra el hilo de tu círculo vital
Es tu principio, tu final, es tu leyenda personal
Quien te ha de nombrar incomprendido o aceptado
Que te hará llorar pero te habrás de conformar con lo que te ha entregado
Gloria obtenida, intento frustrado
Es ella ¿no la ves?, la reina de los condenados
Ella controla todo, ella vive en todos lados
Cualquier rincón es el banquillo de los acusados
No mientas en tu confesión, su decisión no se compra
Tu respiración puede ser usada en tu contra
No hay escape, te juzgará de cualquier modo
La causa y la sentencia será la misma para todos
Ella es tu libertad y tu cadena
El día que viste la luz también firmaste tu condena
Ella nos tiene bajo su poder
Viviendo en la constante espera del final
Con la incertidumbre de no saber cuando será ni como
Todos seremos juzgados
No importa credo, religión, raza, clase social o posición política
No queda otra opción que resignarse a disfrutar intensamente
De su dictadura de buenos y malos momentos
Quejándonos, pero sabiendo que estamos en la tierra
Para luchar por mantener su hegemonía sobre nuestros seres
La supervivencia es su máxima expresión de su reinado
Es ella, ¿no la ves?, la vida, la reina de los condenados