Lluvia feroz que arrasa y desdibuja,
Detrás de la ventana de un café,
Siluetas y sonrisas y veredas
Y la ilusión de algún “quizá” que al fin no fue.
Psicólogos, cirujas y tacheros,
Un jubilado, algún yiro, algún doctor
Van, sin paraguas, rodando hacia un destino
De pétalos de sueños de esta flor.
Ciudad loca, ciudá’ infiel, ciudad deseada,
Ya me jodiste y me abrasaste en tu pasión
Y, aunque ya sé que es una cáscara tu oferta,
Siempre parece que la que pierde soy yo.
Yo y mis hermanos de antiguas primaveras.
Y, si de a ratos se nos cansa, el corazón
Siempre renace en una calle o en las plazas.
Dale que vamos: cada historia es un montón.
Che, buenos aires, tomá un mate con la gente
Que nunca sale en la televisión,
Que sobrevive a cicatrices y esperanzas,
Mudando pieles que guardan el mismo amor
Los que laburan, los que luchan, los que sufren,
Los que alimentan la alegría y el dolor
Somos nosotros, sin disfraz ni maquillaje y
Miles de ausentes cantando en nuestra voz.