Cuando estás parado
siempre hay quién te hace notar
que no estás muy quieto,
y cuando te mueves
siempre hay quién te va a decir
que no avanzas.
Pero si no vale la pena
no pierdas ni un minuto en escuchar:
Es tan fácil,
tan fácil como quieras tú,
es tan fácil, fácil...
No hay nada cerrado,
tampoco cierra esta canción,
y habrá un lugar en ella
reservado para ti
(y tus ojos).
Si tienes la miel en los labios
¿qué impide que la vayas a probar?
Es tan fácil,
tan fácil como respirar,
es tan fácil, fácil.
Y si sientes
que te vuelves a desmoronar
que en tiempo récord
yo aprendí a caer de pie,
y sé bien
que sin darte cuenta
(no vas a ser menos)
tú también caerás de pie.
Con el mundo por montera
y el cielo en bandolera irás
adonde quieras,
durmiendo al descubierto
y dispuesto a malgastar
las cosas que te atan
¿qué más te puede preocupar?