No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a la una
y veréis al niño en la cuna
que nació una noche oscura
en Belén en un portal, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a las dos
y veréis al Hijo de Dios
que por nos salvara a nos,
sangre quiso derramar, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a las tres
y veréis a San Andrés
que era uno de los tres
pescadores por la mar, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a las cuatro
y veréis El Espíritu Santo
que nos cubre con su manto
desde los pies al costal, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a las cinco
y veréis a San Francisco
que por las llagas de Cristo
al Calvario le fue a llevar, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a las seis
y veréis al justo juez
que nos ha de sentenciar
en el valle de Josafat, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.
No hay tal andar como andar a las siete
y veréis a toda la gente
desde levante a poniente
al pie de una cruz adorar, y no hay tal andar.
No hay tal andar como buscar a Cristo,
no hay tal andar como a Cristo buscar,
que no hay tal andar.