Si pudiera elegir
sólo un deseo
pediría vivir
siempre cerca del cielo,
de un cielo tan real
como el abismo,
en una guerra tan cruel
como la de uno contra uno mismo.
¿Querrás consentir
a quien quiere vivir
así, así, así ...
como Sísifo?
Empeñado en subir, para luego bajar
por pendientes imposibles.
No cejé un tanto así y al final conseguí
completar los catorce ocho miles,
y aún me sobró tiempo para gritarle a los astros:
"ved lo que soy",
y que el resto no es más
que guijarros que caen al vacío.
Sólo yo contra mí
y contra los elementos,
calculando al milímetro
el más leve movimiento.
Mi cruz es de piedra
y mira al precipicio.
Seguiré hasta el final,
seguiré hasta el día del Juicio.
¿Querrás consentir
a quien quiere morir
aquí, aquí, aquí ...
en los Alpes?
Y que vuelve a subir, y después descender
por terrenos casi impracticables.
Si consigo avanzar tal vez logre ahogar
algo dentro de mí inextirpable,
algo que se retuerce y que no se detiene
y que hará que ahora vuelva a repetirlo:
cuando haya de morir quiero hacerlo aquí,
CERCA DEL CIELO.
Y me aferro a una roca más dura que dios
y la falta de oxígeno nubla mi cabeza
y sé que un poco más bastará para salvarme,
un trozo de verdad bastará para salvarme,
un centímetro bastará para salvarme,
una sola gota bastará para salvarme,
un poco de paz bastará para salvarme,
un trozo de verdad bastará para salvarme.