Primero fue el silencio
luego el sollozo,
luego el quejido.
Después la voz cortada
de estar callada
siglo tras siglo.
Después canciones nuevas
para cantarlas
todos unidos.
Después de rabia el llanto
luego el clamor
y al fin el grito.
Ay, ay, ay.
El grito de América
del inca de América
del maya de América,
del gaucho de América,
del pueblo de América.