Vieja luz,
enamora versos de mi voz
nueva quietud... amanéceme
desde mí,
hasta donde quiera que no está
la claridad, la mismísima verdad.
Un nuevo cantar,
un ser del azar, una libertad
una canción milagrosa
que en mi voz se queja...
Una demente paz,
una obsesionada cruz, un eclipse de ira,
una canción que no nace...
y otra que se me muere.
Nueva luz, desamora los versos del adiós,
vieja quietud...anochéceme
sin final, imaginándolo
pura canción que me encuentra
que me olvida.
Ningún dolor
supo terminar la fatalidad
la sincera subida
ningún dolor
se quedó sin amor
lejos de doler, me devolvió el corazón.
Ningún dolor
supo terminar la fatalidad
de los sueños perdidos...
ningún dolor se quedó sin morir
me volvió en canciones
la razón de vivir.