(La inmensidad del todo y del para siempre envuelven la efímera existencia del ser y la vida se pierde en lo incomprensible que resulta lo absoluto. Ante nuestros ojos la eternidad se diluye y transforma en etereos sollozos.)
Cuando se acalle la noche,
mientras descanse el dolor
la eterea infinidad nos llevará al lugar
donde seremos el sonido de las lágrimas.
Cuando olvide tu rostro,
muera mi último sueño,
la eterea infinidad será la musa de mis delirios,
y será el refugio de mis rencores....soledad.
Tus despojos duermen ahora junto a mis vísceras.
Nuestras culpas nos llaman
buscando su redención,
trémulas melodías,
para siempre yacer entre tus brazos;
y me acariciarás, y me degollarás, me dejaré arrastrar por cuervos y arpías.
Mi voz agoniza