Pude ser fuerte, vencer tu castigo, un día te convertiste, en mi peor enemigo
siempre te quise, estuve contigo, los malos ratos a tu lado eran regalos divinos
Eres mi musa, dueña de mi alma, y así seguirá mientras mi corazón no diga basta
basta que no aguanto más este sufrimiento, me desvelo, noto tu sangre corriendo por mi cuerpo
Pensamiento, que me aturde, e interrumpe el normal desarrollo de mi lumbre
en el cruze de miradas pulsaciones llegan a la cumbre, momento idóndeo para acordarte de mi nombre
y susurrarme, entre llantos, y explicarme entre caricias, que las cosas que me hiciste no eran de intenciones sucias,
ya fue tarde, aquel momento me acosté y no había nadie entre tus lares para consolarte,
nunca supiste darme aquel cariño que me hubiera convertido en un alarde de felicidad radiante o en enjambre de armonía,
algo tan simple y grande como ver amanecer la luz del día,
Tu llorabas, lo lamentabas, pasarás el resto de tu vida arrepentida, por dejar pasar con lo que lo que desde niña soñabas,
un principe azul como en los cuentos de las hadas, pero el cuento de tu vida pega más con puñales y espadas,
clavadas en pecho, y lanzadas, con tu dulce y bello rostro, y una penetrante, envolvente, rapida, simple mirada...
El tiempo pasa, tú no mejoras, aún recuerdas esas noches grandes y gloriosas en mi casa,
donde el claro de tus ojos destacaba entre la oscuridad y tu y yo abrazados bajo la cama
Todo era eterno, nunca acababa, tardes enteras empapando de lagrimas la almohada,
nunca en la vida, te perdonaste, que no hubo tiempo para un último adiós antes de marcharme
Pude ser fuerte, vencer tu castigo, un día te convertiste, en mi peor enemigo
siempre te quise, estuve contigo, los malos ratos a tu lado eran regalos divinos
Eres mi musa, dueña de mi alma, y así seguirá mientras mi corazón no diga basta
basta que no aguanto más este sufrimiento, me desvelo, noto tu sangre corriendo por mi cuerpo
Pasaba un año, desde mi huida, y 365 lagrímas caídas...
Tienes mi foto, en la mesilla, pero tapada, el verla es una puta pesadilla
Pude ser fuerte, vencer tu castigo, un día te convertiste, en mi peor enemigo
siempre te quise, estuve contigo, los malos ratos a tu lado eran regalos divinos
Eres mi musa, dueña de mi alma, y así seguirá mientras mi corazón no diga basta
basta que no aguanto más este sufrimiento, me desvelo, noto tu sangre corriendo por mi cuerpo
Llegó la hora, este es el momento, se ve todo borroso y retumba un tormento,
yo lo notaba, te me acercabas, esperaba tu llegada con grandes aires de esperanza,
estás conmigo, lo hemos conseguido, me da igual vida o muerte si este es nuestro destino,
siempre a mi lado, y de la mano te digo al oido, que te quiero y que sin ti mi vida nunca, tuvo sentido
eres mi ángel, mi eslabón perdido mi joya de diamantes mi más valioso anillo, aquel amor que perduró encendido, para los siglos y los siglos