1ª Parte
Como la lluvia acaricia el mar,
el viento resbala sobre el trigo.
Las flores en el pasto caminar
sobre el pasto en el camino.
Los latidos del trueno parecen calmar
cuando la luz del sol empieza a brillar.
De la nube alta a la lágrima final
que el sol ha venido a silenciar.
Y son tantas las nubes que vos
llamas sobre mí en tú mirar.
Haces que se nuble mi razón
por entre tus besos habitar.
Y tus noches son heladas,
las estrellas lloran en el cielo,
al oír la melodía que escuchan
el cantar tu soledad.
2ª Parte
Es así como cada noche me siento
entre tus ojos y tus brazos.
Y agudiza la sombra del sueño
el despertar sin tus abrazos.
Han pasado los días y meses,
y esta hoguera sigue verde,
esperando en que un día regrese
el calor que tanto la enciende.
Y me quema los ojos verte.
¿Podré de nuevo yo tenerte?
Las sombras que en la noche vienen
y me castigan en mi mente.
Temed la oscuridad del sol,
los ruidos que se sienten,
los seres que en ella viven
y que en ti se quieren ejercer.
Las estrellas ya no temerán,
el cielo brillo nuevo tendrá.
La flores con asombro reirán,
la nubes llorarán de felicidad.
3ª Parte
Y si llegas a irte, el cielo irá
a las entrañas del horror.
Con furia rojo será su color,
de sangre su piel se teñirá.
Los ángeles del cielo caerán,
montañas negras se volverán,
y truenos rojos me golpearán,
y el fuego de tu amor encenderán.
Y es así como la obra estará
repleta de este gran horror,
Que no llegue nunca a poseer
Un nombre al cual pueda invocar.
Es ahora cuando yo lo siento,
que los sueños no son realidad.
Quisiera que al despertar de ellos
ellos supieran lo que han hecho.
Quiero dormir siempre y verte
entre aquella realidad.
Haz tu mundo en mi mente,
en donde no pueda despertar.