La pena avanza y corre
a cada paso sin cesar,
en este lúgubre amanecer
salgo a su cruce en pleno vendaval.
La selva ya desierta
la Bestia ya pasó
Entre maleza muerta
que la peste ya dejó.
Destellos en mi mente
de desesperación
El tiempo justo apremia
y se agota una ilusión.
Los llantos de un clamor
la pena invade al corazón.
La Muerte juega
con la voz del alma
en su poder de insanidad.
Huellas de poder
delante del camino
reviven mi esperanza.