El hombre salió de su casa
Se puso un abrigo marrón, botas de cuero
Encendió su cigarrillo, pero pocó le duró
Al cabo de unos momentos, a la nieve cayó
Descalza, mostrando con una sonrisa aquel espacio entre sus dientes, allí estaba
Y corrió, en aquel paisaje blanco, directo hacia los pinos
Y él también
Se perdió, rodeado de hojas y maleza
Por horas y horas, la buscó
Con esperanzas perdidas, gritó y lloró
Pero todo lo que perdido estaba recuperó
Allí estaba la niña, vestida como aquel día
Con un cuchillo en la mano, el mismo con el que ella murió
Y al ver tal escena, el hombre rió
Su pueblo lo halló
Con la mirada perdida hacia el cielo
En el piso, en un charco de sangre
Pero con una sonrisa que mostraba lo que buscó por tanto tiempo
Finalmente, paz