Yo sé que algunas veces
me equivoco demasiado,
yo sé que estás cansada
de mirarme de costado.
Estoy arrepentido
y me gana la nostalgia,
será que lo divino
no mezcló muy bien las cartas.
Será cuestión de serte
que sigamos separados,
quisiera encerrarte
por mil noches, por mil años.
Sigo sin saber nada de vos
en ese incendio,
cada vez que estás cerca de mí
es un infierno.
Desde el día en que te conocí.
Quisiera encontrarte
algún día en mi camino,
no ves que sigo atado
a un recuerdo que no olvido.
Y tengo tantas cosas
que decirte al oído,
mentiras o verdades
que no importan, da lo mismo.
Sigo sin saber nada de vos
en ese incendio,
cada vez que estás cerca de mí
es un infierno.
Sigo sin saber nada de vos
en ese incendio,
cada vez que estás cerca de mí
es un infierno.
Hace un tiempo estoy así,
no puedo dormir,
desde el día en que te conocí.
Y las horas en la noche
vuelan en la madrugada,
donde brillan las estrellas,
donde ya no queda nada.
Y la noche me sorprende
y me arranca las entrañas,
y me mata poco a poco,
me va dejando sin nada.
Y tu risa se desborda
donde mueren las promesas,
no me pidas que me enoje
si enojarte es tu destreza.
Y no olvides que nos dimos
todo lo que nos quedaba,
sin embargo, casi nunca,
nunca, no nos alcanzaba.
Esa noche que te fuiste
y que empezamos a odiarnos,
cada día que se vuela,
cada vez yo, más te extraño.