Aguas del sufrimiento.
Este dolor crece,
alimentado por un río de pesadumbre.
Bebo sus aguas,
amargo es su sabor.
La vertiente, cual veneno,
fortalece mi soledad.
Y mi brillo eterno
rechaza todo vestigio
de oscuridad;
iluminando el despertar,
el camino por transitar.
Fuera de las sombras,
perdiéndome a lo lejos.
Es mi ilusión pisando el barro,
marchitándose.
Busqué equilibrio
en el silencio.
Porque el tiempo
las distancias olvida.
Porque aguas del sufrimiento
nos ahogan.
No va a quebrar.
Mis emociones
no quebrarán.