Estas violetas que ayer
Pusiste cariñosa con hondo fervor
Las guardo como emblema de un amor
Que vieron ya mis ojos perecer
Entre la boriente bruma de un cruento dolor
Ellas, tal vez, me dirán
En su lenguaje frío con mucha expresión
Que en vano espero que ha de regresar
El ave del amor que supo dar
Un mundo de gorjeos mi corazón
Y en esta lucha del mal
En la copa de mi juventud
Bebo el vino fatal
De la fuente de tu ingratitud
Pues, el destino mortal
Ha extinguido mi flor de virtud
Y juntito a las violetas
Que me diste un día
La melancolía
De mi desencanto
Me castigan tanto
¡Que no puedo más!