Tapitas de gaseosa, pintadas con lápiz mamarrachos al óleo con sabor a paisaje.
Cuatro pelos en un diario apelmazado.
Todo psico-bolche, todo trillado.
Todos pasan, todos admiran a ese creador, ¡qué genio! ¡cómo domina! ¡qué estética! ¡qué percepción! ¡qué vuelta de tuerca! la vida y la muerte sintetizadas.
Etra, al derecho o al revés, a veces no es como parece.
Si supieran cómo produjo el hecho artístico perdería la gracia esta exposición.
Lo hizo sentado en el inodoro entre ventosidades y dolor de estómago.
Miseria artística, mediocridad espiritual, postulación caudillística, falsedad intelectual.