Explanada
Corre el viento, va descalzo de la lluvia.
Sobre el bronce renegrido, el monumento
canturrea el palomo mientras vuela
desde la cabeza al pie,
desde el brazo levantado
hasta la cima en el pretil, que todo ve.
Todo pasa a todo trapo por la calle.
La metrópoli en su ritmo danzarín
v pintándose de ruidos y murmullos,
caprichoso aguanta el gris
y los colores que se meten prepotentes
a ganarle de una vez, de buena vez.
Y aún quedan vías
y pasan tranvías
de los tiradores
que cuelgan los troleys
Pasa rápido la doña sofocada
y se abanica con un diario amarillento,
rumorea y habla sola de la vida,
dueña por última vez de junarle de reojo,
disculpandole al David, su desnudez
Y aún quedan vías
y pasan tranvías
de los tiradores
que cuelgan los troleys