No queda nada en que creer,
ni nada que crear.
Caminos que he de recorrer
van a ningún lugar.
Pero este valle de lágrimas amargas . . .
No es la ciudad, no es la desilusión.
Es esa especie de teatro en el
decir que si, cuando se siente no
y así olvidarnos que la muerte espera al fin.
Y el tiempo es lo único que corre en contra de mí.
Saber que nada importa ya
y todo cuente igual.
Sentir que esto ya pasó,
no poder olvidar el almaherida.
No es la ciudad, no es la desilusión.
Es esa especie de teatro en el
decir que si, cuando se siente no
y así olvidarnos que la muerte espera al fin.
Y el tiempo es lo único que corre en contra de mí.