Las sombras de tu vergel secreto
Testigos los besos
De labio y labio abiertos en flor
Doncella de nobleza levita
Si adoras a un cristiano
Más vale que silencies tu amor
La noche soñada en los jardines
Despista a los guardianes
Que velan tus paseos, Raquel
Tan solo la Luna en su crecida
Conoce de tus dichas
Y el pozo en que le aguardas a el
Rosarios de auroras toledanas
Bendicen vuestra suerte
Y os vuelven descuidados tal vez
Luceros y estrellas pasajeras
Perfilan en el aire su entrega y tu desnudez
Y al alba de una noche certera
Partido de un abrazo
Por una daga criminal
La sangre templada de Fernando
Destila entre tus manos
Y anuncia su destino fatal
En su agua calmaré
Este amargo dolor
Fernando, sálvame
¿Ya estás aquí, mi amor?
Calvario de pena y desconsuelo
Te arranca de tu lecho en delirio
Y vas al pozo a llorar
Locura de hiel en tus sollozos
Derraman en su cauce
El mal sabor de tu pesar
Asomas a la bosa profunda
Sus ojos te sonríen
Serenos del perdón de Dios
Y cuentan cristianos de Toledo
Que aullando con el viento
Quebrada se escucha tu voz
En su agua calmaré
Este amargo dolor
Fernando, sálvame
¿Ya estás aquí, mi amor?
En su agua calmaré
Este amargo dolor
Fernando, sálvame
¿Ya estás aquí, mi amor?