Leoncavallo
El amanecer, vestido de blanco,
Ya ha abierto la puerta al sol,
Y con los dedos rosados
Acaricia las miríadas de flores.
Un misterioso temblor parece
Para perturbar toda la naturaleza,
Pero no te levantarás, y en vano
Estoy aquí tristemente y canto.
Vístete también en blanco
Y abre la puerta a tu serenata!
Donde no estás, todo está oscuro,
Donde usted está, el amor nace!