Porque la vida no puede ser mercancía.
Porque la muerte no se premia con luto, se reciente.
Por qué la vida del creador alfarería.
Porque la muerte no debe ser tan pronto ni tan de repente.
Érase una guerra, érase un país
con historias negras y un futuro gris.
Esa bruta guerra era un buen negocio,
se apropiaba tierra, cultivaba el odio,
y la octava plaga, plaga de la mala,
nos ensordeció. Mató a mi Colombia, Soacha, tú yo.
Se aprende defensa, se teje violencia,
se invierte en armamento; no hay escuelas,
no hay salud ni el alimento.
Todas somos mamitas y no queremos parir para,
en esta guerra nuestros hijos ver morir…
Todas somos mamitas y no queremos parir para,
en esta guerra nuestros hijos ver morir…
Mamita, cuénteme cómo era su hijo,
qué le gustaba comer, le regalaba rosas,
era atento con usted, le iba a comprar un ranchito,
la quería mucho a sumercé,
cuénteme qué música escuchaba,
recuérdeme su nombre, sus fotos muéstreme…
Todas somos mamitas y no queremos parir para,
en esta guerra nuestros hijos ver morir…
Todas somos mamitas y no queremos parir para,
en esta guerra nuestros hijos ver morir…
Todos somos hijitos, hermanitos de Caín.
Refresquemos la memoria pa’ que no se vuelva a repetir.
Todos somos hijitos, hermanitos de Caín.
Refresquemos la memoria pa’ que no se vuelva a repetir.
Que no se vuelva a repetir…
Que no se vuelva a repetir…
Que no…