Le saco huella a un novillo, que salió de las aguadas
Va dejando huella fresca, en medio de la hojarada
Me voy siguiéndole el rastro, lo encontré en una picada
Pego un válido bien firme y me clavo la mirada
Sabía que yo lo buscaba y fácil no se entregaba
Pego unas cuantas vueltas, como si me invitara
Y nos guardamos pa'l monte al llanto de la perrada
Me puse tras de una senda tapada con unas ramas
De pronto hubo un silencio, no se escuchaba nada
Y a lo lejos un aullido que de a poco se acercaba
Volvían corriendo los perros, pa la trampa dónde estaba
Mí lazo trenzado de ocho, en un quebracho silbaba
Escarbaba junto al suelo y a los palos los quebraba
Prendido de mí asidera, mí caballo lo tiraba
Y más manso que una oveja, despacito cabrestiaba
Valaba pero sabía que de esta no se escapaba