Él era de lo más lejos que el horizonte,
de donde madre natura nunca se esconde,
donde se ve el ocaso tan claro como el amanecer,
él era solo un campesino solo un camino.
Él era de los que tienen mucha paciencia,
estaba saliendo ya de su adolescencia,
y miraba a las damas que se venían de la ciudad,
con elegantes camisones que de vacaciones, al llano iban a pasar.
Ella era fina y sencilla, ayer la vio en la capilla
que diferente a toda la gente de la ciudad.
Su pelo brillaba en la noche callada,
sus ojos brillantes, estrellas danzantes de hoy,
la dama de la ciudad, el sueño te va a quitar.
Y así pasaron los días, ella ni caso le hacía
más de repente con toda su gente se fue
la dama de la ciudad, seguro no vuelve mas.
Él era de los que siempre de madrugada,
estaba siempre muy listo pa' la ordeñada,
cuentan las malas lenguas que por el llano no se le ve,
desde el día en que se fue y en el medio día ya no se le oía nombrar
ya no la quiere ver mas, no quiere verla ya mas,
a la dama de la ciudad.