Azterion
Miles de años en un gran y verde encierro
Ahora gritan clamando por piedad
Desde el abismo de un vasto universo
En cuyas noches flotan blasfemias y ansiedad
Y no hay dolor que se pueda comparar
Con la fría tranquilidad en el caos de la soledad
Una mirada asemeja tertulias de alabanza
De la negra crueldad a la ternura pasa
Y en ella la indolencia de las tinieblas
Se pierde, muere y descansa
Todas esas quejas, blasfemias y maldiciones
Son el opio divino de nuestros corazones
Daros muestra más allá de vuestra divinidad
Para morir al borde de nuestra eternidad
“Mi alma es una tumba que recorro y habito
Lejos de los divinos sepulcros
Mi corazón va hablando en una marcha fúnebre”
¿Que abismos los condenan?, ¿que cielos te redimen?
En tu sentir infernal, en tu mirar divino
Se derraman confundidos la claridad y el crimen