Como el cordero
No me preguntes como me acostumbro,
si yo me alumbro con lo que puedo,
y todo para no tropezar de nuevo
en el camino huellas dejo.
Y juego siempre aunque no apuesto,
creyendo simple algo tan complejo
y por perder a veces me lamento,
pero para esto siempre estuve presto.
Después de toda promesa sin cumplimiento,
no he de decir no hay próximo intento.
Si estando herido vuelvo a lamentarlo,
querrá decir que hay que cambiar algo?
Hay soluciones que están en tus manos,
el tiempo corre sin consultarlo
si la herida no ha traído cambio,
tal vez cobarde te hagas sin pensarlo.
No me amagues, no ves que me pongo confiado como el pobre cordero
Olvido pastar sin querer, y hasta a veces me entrego,
al filo brillante de un diente que viene hacia el cuello,
hacia el cuello.
Y de nuevo, no quiero mas suaves palabras,
quiero probar los hechos.
Me voy, pero vuelvo queriendo, yo quiero creerlo
que ésta vez será un cambio mejor, será un cambio bien hecho,
bien hecho.
Al filo brillante de un diente que viene hacia el cuello,
soy el amo y esclavo de mi propio desengaño, es eso.
No me amagues...