La Serenateña
En el Valle Calchaquí
tomá un vino y alegrate
entonces podrás decir
que el cielo está en Cafayate
La luna sale a buscar
el duende del remolino
y el sol en el medanal
enciende la luz del vino
Acaso por ser mujer
me embruja la serenata
y vuelvo por un querer
que me ata y que me desata.
Guitarra, estrella, ilusión y un querer
se encanta mi corazón
Morena al oscurecer
y rubia sobre la arena
mientras haya una mujer
en Cafayate no hay pena
A veces salgo a cantar
con el resto que me queda
y me vuelve a cobijar
el poncho de la alameda