Tan sólo quiero
tener cerca tu boca,
oír el río que me
recorre si te miro.
No oler el miedo
que me desgarra internamente,
cada vez que pierdo
el contacto contigo.
Siempre he dicho que no
a las dependencias,
siempre me he alejado
por caminos pedregosos.
Y ahora y sin aviso
vuela la teoría
y la experiencia
aparece de improviso.
Las olas del mar me abren su capa,
estoy mirándolas y me enseñan lo que vivo.
No sé dónde voy, me diluyo en tus pestañas
cada vez que tus ojos me derriten con su hechizo.
Estoy perdido
irremisiblemente,
no sé quién soy,
no sé cual es mi sitio.
Estoy nadando
en esta sopa que es el vivir,
y lo único que veo
es que estoy contigo.