Ojos oscuros que clavan
el brioso destello
querido y mortal
Boca que amándome quema
como un fuego fatuo
sin dejar señal
Y sus despedidas
que un día pudieran decir
el adiós fatal.
Otra vez la fiesta de la vida
vuelve a regar mi terco corazón
y olvidando antiguas agonías
me entrego en cuerpo y alma a su calor.
Apenas sé del día
que resfala desde el sol
los fuegos de la noche
yo llevo en mí.
Y siento la existencia crepitar bajo mi piel
porque es feroz la suavidad
hierro cruel.
Pero sé que todas las palabras
no han de amarrar la vida de los dos
Puedo ver los barcos en la noche
partir buscando el clima del adiós.
Pues bien así será secretamente
sin dolor
y nadie habrá sabido que existió
Pues bien así será secretamente
sin dolor
y nadie habrá sabido que existió
Más cuando crezca ardiendo
la ilusión de que aún estás
Mi mano a tientas como un ciego
buscará.
Mi mano a tientas como un ciego
buscará.
Ojos oscuros que clavan
Boca que amándome quema
sin dolor