Somos sus manos, somos sus pies,
Somos su pueblo,
Somos hijos del señor.
Somos la niña de los ojos de dios,
Somos su pueblo,
Somos hijos del gran rey.
Su espíritu está en nosotros,
Y fluye como un río,
Y nos llena de poder para que
Ayudemos a nuestro hermano,
A darle la mano.
Muchos predican, otros enseñan,
Otros cantan como ángeles,
Pero todos podemos amar
Como él amó puro y simple,
Tan manso y humilde.