Cygnet Committe
Comité del cisne
Te bendije como un loco.
Tristemente, mientras me ataba los zapatos.
Te amo con locura.
A veces, justo a tiempo, supongo.
Es por ti por lo que necesito descansar.
Porque eres tu quien
me pone a prueba.
La mayoría se ha ido ya,
y lo que queda es totalmente nuevo.
Y mientras el gorrión
canta melodías al amanecer para
los que estén escuchándolo,
el Pensador se sienta solo,
haciéndose viejo,
y resintiéndose.
Les di vida.
Les di todo
Vaciaron mi alma,…
Seca.
Estrujé mi corazón para calmar sus dolores.
No quedan en mí recuerdos de aquello.
Nada puede sustituirlo.
¿Qué será de mí?
Que alabé sus esfuerzos para ser libre.
Palabras de apoyo, cuidado y simpatía.
Abrí puertas que le hubieran bloqueado el paso.
Encarrilé su causa hacia el camino,
por apenas nada a cambio.
Gasté mi dinero por ellos.
Aquellos que pedían el reclamo,
desaparecieron en paz, en la tranquilidad.
Aquellos que hablaban de un nuevo mundo,
nuevos caminos siempre libres.
Aquellos cuyas promesas
se basaban en esperanza
y gracia para mí.
Te bendije como un loco.
Tristemente, mientras me ataba los zapatos.
Te amo con locura.
A veces, justo a tiempo, supongo.
Es por ti por lo que necesito descansar, oh sí.
Porque eres tu quien me pone a prueba.
La mayoría se ha ido ya,
y lo que queda es totalmente nuevo.
Y a medida que el amanecer fluye,
parpadea sobre mí,
mis amigos hablan
de la gloria, de indecibles sueños,
donde todo es Dios
y Dios es tan sólo una palabra.
Teníamos un amigo, un orador,
que hablaba de una serie
de poderes que poseía.
No era el mejor de los hombres,
pero era el nuestro.
Lo utilizamos.
Le dejamos usar sus poderes.
Le dejamos cubrir nuestras necesidades.
Ahora somos fuertes.
Y el camino está llegando a su fin.
A los malditos apenas les queda tiempo
para enmendar sus errores.
No quedan fichas
en la bolsa de la fortuna para tomar.
Las silenciosas pistolas del amor
se dispararán al cielo.
Tiraremos abajo aquello
que levantamos con los años.
Nuestras armas
eran la voz de nuestra dolida cólera.
Donde antes estaba el dinero
plantamos semillas para repoblar.
Y apuñalamos las espaldas de nuestros padres.
Somos hijos de la suciedad.
Entre los trapos sucios de las empresas.
Emanado odio por todo nuestro cuerpo.
Sí, rajando la garganta de la iglesia católica.
Lapidando a los pobres
con proclamas como:
"Desearíamos que pudieras escuchar".
"Amor es todo lo que necesitamos"
"Desinhíbete"
"Pasa de tus padres"
"Destroza a tu amigo"
"Jode a tu hermano o te joderá el a tí"
Y sabemos que la bandera del amor
está ahí arriba.
Y podemos forzarte a ser libre.
Y podemos forzarte a que creas.
Y cierro mis ojos y me estrujo el cerebro
para recordar un libro que una vez leí en el que
dos amantes eran asesinados por saberse
las palabras de un refrán de Free State
Decía algo así:
"Creo en la fuerza del bien.
Creo en el amor.
Lucharé por los derechos para que estén bien.
Mataré por el bien de la lucha
para que los derechos sean los correctos."
Y abro mis ojos para mirar a mi alrededor,
y veo a un niño yacer en el suelo, asesinado.
Mientras una máquina del amor se abre paso
a través del camino de la desolación.
Sesgando la vida de hombres
y mujeres con sus órdenes.
Pero sin escuchar a nadie.
Sin escuchar a nadie.
Tan sólo las risas de los viejos ricos.
Y quiero creer
en la locura del presente.
Y quiero creer
que una luz brilla a través.
De alguna manera.
Y quiero creer.
Y tú quieres creer.
Y queremos creer.
Y queremos vivir.
Oh, queremos vivir.
Queremos vivir (x5)
Quiero vivir (x6)
Vivir, vivir, vivir