Su espíritu recorre las naciones,
Derramando un cántico nuevo.
Y su pueblo se une al canto del cielo,
Esperando de su derramamiento.
El cielo,
Y la tierra,
Se unen,
En adoración.
Y toda rodilla se postra ante su majestad,
Porque la tierra responde al clamor del cielo,
Y el altar, está lleno del incienso,
Preparado para su regreso.
El cielo,
Y la tierra,
Se unen,
En adoración.