Hay clavos entre tú y yo,
y siempre habrán clavos, queramos o no.
Quedarán clavos en nuestra pared,
y al andar, clavos marcan nuestros pies.
Y tendrá clavos nuestro despertar.
Clavará clavos tu inseguridad.
Yo te doy clavos aún, y sin querer...
lloverán clavos desde el cielo azul.
Brotarán clavos en mi suelo, y tú
pintarás clavos en tu bastidor,
y entrarán clavos en nuestra habitación.
Y también
hay flores que al florecer
dan color, y al brillar
iluminan todo tan fuerte
que olvidas que hay clavos.
Hay clavos que apenas se ven,
y también clavos dentro del pastel.
Sé que hay clavos grandes como el sol.
Dicen que hay clavos que te hacen un favor.
Y también
hay quien te ayuda a soñar,
y hay quien te ayuda a creer
que hay flores que al florecer
dan color, y al brillar
iluminan todo tan fuerte
que aprendes que también
hay intención y emoción
tras gestos amables, cercanos,
sencillos, humanos.
Hay clavos queramos o no.
Hay clavos entre tú y yo.
Hay clavos bajo nuestros pies.
Hay clavos puestos del revés.