Esta ciudad está embrujada sin saber
Por el hechizo cautivante de volver
No sé si para bien, no sé si para mal
Volver tiene la magia de un ritual
Yo soy de aquí, de otro lugar no puedo ser
Me reconozco en la costumbre de volver
A reencontrarme en mí, a valorar después
Las cosas que perdí, el tiempo que se fue
Llegué y casi estoy a punto de partir
Sintiendo que me voy y no me quiero ir
Doblé la esquina de mi mismo para comprender
Que nadie escapa al fatalismo de su propio ser
Y estoy pisando las baldosas
Floreciéndome las rosas por volver
Esta ciudad no sé si existe, si es así
O algún poeta la ha inventado para mí
Es como una mujer profética y fatal
Pidiendo el sacrificio hasta el final
Pero también tiene otra voz, tiene otra piel
Y el gesto abierto de una mesa de café
El sentimiento en flor, la mano fraternal
Y el rostro del amor en cada umbral
Ya sé que no es casual haber nacido aquí
Y ser un poco así, triste y sentimental
Yo sé que no es casual que un fuelle por los dos
Me cante el funeral para decir adiós
Decirte adiós a vos, ya ves, no puede ser
Si siempre y siempre sos una razón para volver
Siempre se vuelve a Buenos Aires a buscar
Esa manera melancólica de amar
Lo sabe solo aquel que tuvo que vivir
Enfermo de nostalgia, casi a punto de morir