Recital Decadencia en Frankfurt (1992)
Y esto es poco más o menos
lo que vino a decir el hijo de put*
del Heráclito de Caborca.
La decadencia está prohibida y
te estruja fuerte del cuello, y no te suelta,
es tan insoportable su presencia.
Los peces serán mi muerte entre flores, gusanos
por los lamentos hipócritas.
Ahí está, cuervo, se apoya en tu puño
y es compañero de cada uno de tus segundos,
picoteándole los ojos del incrédulo y
hambriento de débiles.
Como tú y como yo y como tú.