Fue su cuna la Plaza del Teatro
y su ancestro el glorioso Argentina,
su padrino el querido Arbolito
y una esquiva pelota de trapo,
que nos diera el primer campeonato.
Franja roja de sangre aborigen
y el azul de tu cielo quiteño,
de la Plaza saltó al Continente,
gol a gol escribiendo su historia
en los Andes y América toda.
Quito, equipo con nombre divino,
Academia del fútbol alegre,
corazones, banderas y gritos,
que del centro del mundo se eleva
pregonando la gesta azul-grana.
Dale Quito, es tu grito de guerra,
once "chullas" la escuadra invencible
y el puñado que canta tu nombre
es más fuerte, es más grande que todos,
porque somos de ti hasta la muerte.