Oigo, patria, tu aflicción
Y escucho el triste concierto
Que forman, tocando a muerto
La campana y el cañón
Sobre tu invicto pendón
Miro flotantes pendones
Y oigo alzarse a otras regiones
En estrofas funerarias
De la iglesia las plegarias
Y del arte las canciones
Lloras, porque te insultaron
Los que su amor te ofrecieron
A ti, a quien siempre temieron
Porque tu gloria admiraron
A ti, por quien se inclinaron
Los mundos de zona a zona
A ti, soberbia matrona
Que, libre de extraño yugo
No has tenido más verdugo
Que el peso de tu corona!
Doquiera la mente mía
Sus alas rápidas lleva
Allí un sepulcro se eleva
Contando tu valentía
Desde la cumbre bravía
Que el sol indio tornasola
Hasta el áfrica, que inmola
Sus hijos en torpe guerra
¡No hay un puñado de tierra
Sin una tumba española!
No puede esclavo ser
Pueblo que sabe morir
Tembló el orbe a tus legiones
Y de la espantada esfera
Sujetaron la carrera
Las garras de tus leones
Nadie humilló tus pendones
Ni te arrancó la victoria
Pues de tu gigante gloria
No cabe el rayo fecundo
Ni en los ámbitos del mundo
Ni en el libro de la historia
Siempre en lucha desigual
Cantan tu invicta arrogancia
Sagunto, cádiz, numancia
Zaragoza y san marcial
En tu suelo virginal
No arraigan extraños fueros
Porque, indómitos y fieros
Saben hacer sus vasallos
Frenos para sus caballos
Con los cetros extranjeros
No puede esclavo ser
Pueblo que sabe morir