Todavía no amanecía
y sentí que ya era de día,
la luna que no aparecía
y el pronóstico lo decía.
Note que algo me poseía,
mi cuerpo lleno de energía;
Pensé que igual encontraría
esa paz que tanto quería
pero los cables se me cruzaban,
casi que me desubicaba,
eran las 3 de la mañana
y los pajaros ya cantaban
en el medio e’ la madrugada,
cuando ningún carro pasaba,
cuando el tiempo se congelaba
allí estaba.
Empecé a pelear con mi almohada,
el silencio me despertaba
como si este mismo aturdiera
cuando nadie había dicho nada.
Sentï que el reloj no avanzaba,
que el sueño no colaboraba,
la ansiedad que se apoderaba
y yo no podía mas.
Creo que se me prendió el foco,
intenté calmarme un poco
pero mi alma hizo un alboroto
temblando como un terremoto.
En medio del zaperoco
dejé el asiento de piloto.
Empecé a pensar que me había vuelto loco.
Traté de controlar mi voltaje, de conseguir que solo me relaje
buscando la calma dentro de ese viaje que logró que yo mismo me desencaje.
Dejé de revisar los mensajes con los que por un momento me distraje
y cuando estaba entrando en la fase, escuché una frase.
Pensé que salía de mi mente, pero era una voz diferente
que hacía que no pueda pensar, ni tranquilizarme menos moverme.
Quizás mi espíritu rebelde quiere salir como casi siempre
y me está diciendo que es el momento de saltar, de saltar, de saltar…
Yo me sentía en calma
por fuera, por dentro gritaba mi alma.
Si tengo un angel de la guarda
que cuide mis espaldas.
Yo me sentía en calma
por fuera, por dentro gritaba mi alma.
Si tengo un angel de la guarda
que cuide mis espaldas.
Que cuide mis espaldas.
Que cuide mis espaldas.
Quizás mi espíritu rebelde quiere salir como casi siempre
y me está diciendo que es el momento de saltar…