Romance a una tejedora manabita
Filemón Macías y Joza y Francisco del Casti
Con una horma de esperanza
y dedos de clavellina
va tejiendo su sombrero,
la manabita más linda.
Qué finas que son las hebras,
tan finas como ella misma
ay quien fuera Horacio Hidrobo,
con el panal de su poesía
para cantarte en aromas,
una canción de toquilla
Dime linda manabita,
si es verdad que en tus vigilias
tejes con aguas delgadas
y en diamantes cristalizas
ese sombrero tan leve,
que más que sombrero es brisa
o es que tus dedos de pétalos,
de rosas, nardos y lilas
están tejiendo un sombrero,
con rayos de luna india
Di por que haciendo milagros,
aún mis ojos no te miran
en altar de tamarindo,
entre oro, incienso y mirra
o es que a caso por robar
al creador sus maravillas
con que tejió las estrellas,
de los altares te quitan
y te encarcelan celosos,
tras rejas de eucaristía
Pero no, guarda silencio,
tus secretos no me digas
sigue en tu horma de esperanza,
tejiendo sueños de almíbar
y diciendo a labios quedos,
oraciones de ambrosía
teje, teje, tejedora
de dedos de clavellinas
teje, tejedora y, une,
mis versos a tu toquilla.
(Gracias a Napoleón Velástegui Bahamonde por esta letra)