Acabo de colgar y, ¿sabes qué? Me siento vacío.
Van a cortarme la línea, hice un pago tardío. Soy un móvil-dependiente, escribir poemas para los demás es sólo el menor de mis problemas. Vivo con el corazón en un puño, pero no sé en cual. Con el miedo de las estatuas de sal a los tiburones, sobre todo a los de tierra. No sé qué estoy haciendo en el negocio musical.
Cuando cae el telón, qué violento es cambiar el talento por un talón, y que eso te ponga contento. No veo glamour en dar conciertos, sólo galones que te ayudan a subir los escalones de lo incierto. Porque eso es esto: vivir la gloria de un instante. Somos lluvia en el desierto, ladrones sin guantes, con un gran plan de una hora, poco más o menos, que es lo justo y necesario para seguir adelante.
Vaya mundillo de chupapollas que hablan mierda. Lo que menos me gusta es escribirme un estribillo, lo demás es simple, rapear; un sexto sentido. ¿Que hago fácil lo difícil? Aparte de un cumplido, es la verdad. Pero, ¿y qué?, ¿un autógrafo? Pues vale.
No seré yo quien diga que los reyes son los padres.
No seré desagradable, la razón verdadera de que esté en esto es tu felicitación sincera.
Poco más, no se puede ser tan fuerte. No soy jugador, por eso no creo en la suerte. Y si hoy no sale un estribillo en condiciones, piensa en el rapeo, yo no hago esas canciones facilonas.
Siempre no se puede ser tan fuerte. Soy un jugador, por eso siempre voy a muerte. Y si hoy no sale un estribillo en condiciones, improvisaré.
El respeto de los grandes existe en los artistas,
es lo que le hace a uno artista, no cómo te vistas.
No entrevistas que son flashes, no fotos esclavistas o la crónica de un baile de disfraces.
Y las revistas exponen opiniones, no verdades, y muchas veces hablan de lo que no saben, ¿sabes?.
Los MC's somos tu periódico a través del rap, mi mierda no es apta para todas las edades mentales.
Quiero decir, las palabras pueden ser agujas, pero las gorras no pueden ser dedales, y eso jode. He dormido 3 horas, he cenado unos nuggets; la puta inspiración no colabora. Los libros me miran desde la estantería, deberían darme alguna idea como la factoría. Debería fregar los platos, debería limpiar los cordones de los zapatos, debería, pero es la hora de irme ya, el móvil suena.
Estás oyendo cómo canta para mí, es mi sirena. Me llama, ya voy nena. La obsesión de comunicarme me envenena. Y así estoy, con esta barba, levantándome para ir al baño; cuando me afeite, me quito de encima 3 o 4 años. Tengo que irme, de verdad. Vivo en Sevilla, tal vez algún día nos crucemos por la ciudad.
Poco más, no se puede ser tan fuerte. No soy jugador, por eso no creo en la suerte. Y si hoy no sale un estribillo en condiciones, piensa en el rapeo, yo no hago esas canciones facilonas.
Siempre no se puede ser tan fuerte. Soy un jugador, por eso siempre voy a muerte. Y si hoy no sale un estribillo en condiciones, improvisaré.