Nuestra riqueza es nuestra pobreza
es nuestra derrota la opulencia ajena
cambian las formas, el fondo sigue igual
América Latina hace el papel de sirvienta.
Desigualdad, disparidad
esa es la clave para dominar
nuestra miseria no es natural
es creación humana, es artificial.
Países subdesarrollados
así nos llaman, nos gritan tarados
nos hacen creer que somos pobres
por incapaces, por ser inferiores.
Dadle al César lo que es del César
la espada y la cruz sobre nuestras cabezas
la otra mejilla y el culo también
para llegar al cielo hay que dejarse joder.
Venas abiertas de América Latina
todas las sangres se vienen encima.
Un nuevo horizonte nace de esta tierra
esperanza de una nueva era
más humana, menos cruenta
sin hipocresías de derecha o de izquierda.
Machigengas, ashaninkas y huancas,
shipibos, conibos, quechuas, aymaras
hoy más que nunca el pueblo unido
jamás será vencido.